26 TEUCRO - 27 LALIN

Este partido nos dejó con una sensación agridulce. Por un lado, a nadie le gusta perder un partido en casa con el que, a priori, es su máximo rival por otro, ayer nos quedó claro que pudimos ganar sin problemas el partido y que nuestro mayor enemigo fuimos nosotros mismos.
El Lalín es sin duda un gran equipo y un duro rival, contra ellos no podemos cometer errores, porque no perdonan. Son luchadores y no dan un partido por perdido. Nosotros tenemos no uno, si no dos equipazos, lo que pasa es que no nos lo creemos, somos capaces de dominar claramente el partido al final de la primera mitad, e irnos al descanso con una diferencia de 4 tantos, y en la segunda parte perder los estribos en 10 minutos.

Para mi hubo dos claves en esta derrota, primero los nervios y las precipitaciones que nos llevaron, por un lado a cometer muchos fallos en la circulación del balón y los tiros a puerta y por otro el querer resolver individualmente el partido. Y por otro el daño que, una vez más nos hizo la defensa adelantada, que es un problema que nunca supimos gestionar bien.

Chiqui cambió su estrategia y no dio salida a todos los jugadores, si no que jugó la mayor parte del tiempo con un equipo "base" que lo dieron todo, no pararon de luchar en defensa y en ataque y realmente creo que lo justo hubiese sido un empate final.

En fin, aunque el resultado haya sido un poco frustrante para los jugadores, tenemos que reponernos, aprender de nuestros errores y sobre todo, estar muy orgullosos de lo que hicimos.

Ya tendremos tiempo en la segunda vuelta de intentarlo de nuevo.

Por otro lado, para los que vivimos el partido desde fuera, la verdad es que fue apasionante, dos equipos duros en el campo y un resultado incierto hasta el último segundo.

La semana próxima, jugamos contra el Seis do Nadal en Vigo.